La ceramista, Reina Herrera, nació en Marruecos, el 3 de julio de 1923. Estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, para 1952 contaba con una formación sólida en artes plásticas, en las disciplinas de pintura y escultura, es allí cuando decide incursionar en la cerámica como mecanismo de creación.
Su trabajo plástico se fue transformando con el tiempo en piedras talladas con dibujos de rostros, o robustas modeladas en diferentes versiones. Asimismo, elaboró siluetas de cuerpo entero, atadas o envueltas en un manto a las cuales denominó ‘Los encadenados', con aspectos volumétricos y estructurales que se fusionan.
Su ocupación como ceramista le permitió exhibir sus creaciones en diferentes museos, salas y galerías en países como Turquía, México, China, Puerto Rico, entre otros, así como múltiples reconocimientos, en el que destaca el Premio Nacional de Artes Aplicadas, 1966.
Con una trayectoria de más de 50 años en las artes plásticas, la artista expresó en una oportunidad (en lo que refiere a sus creaciones), que “no trabajo con temas preconcebidos, pero respeto por sobre todo la técnica”, compromiso que siempre prevaleció en sus piezas y que es tangible en su legado artístico.
En 2016, el Museo Sefardí de Caracas, le rindió un sentido homenaje póstumo a la también docente con la muestra “Reina Herrera: legado de vida”.